Parece que hoy en día hay menos gente que lleva dinero en efectivo y por eso la fuerza de las tarjetas de crédito. La vida puede parecer ultraconveniente cuando no tienes que preocuparte por un fajo de billetes en el bolsillo (o incluso una cartera en el bolsillo, para el caso).
Pero puede perjudicar a las personas de bajos ingresos cuando los negocios se quedan sin efectivo, puede perjudicar a los trabajadores que dependen de las propinas en efectivo y, aunque no pertenezcas a ninguno de estos grupos, puede perjudicarte a ti porque es fácil tener problemas financieros con las tarjetas de crédito.
Los estudios demuestran que la gente gasta más cuando usa crédito en lugar de dinero en efectivo, y los pagos atrasados van en aumento.
“Se produce un fenómeno de pérdida de vista y de mente con las tarjetas de crédito“, dijo Amy Bucher, directora de diseño de cambio de comportamiento en Mad*Pow, un grupo de consultoría de diseño. “A menos que revisen el saldo de sus tarjetas de crédito diariamente, la mayoría de la gente no tiene conciencia de cuánta deuda tienen”.
Pero si se usan responsablemente, las tarjetas de crédito son una forma rápida de construir crédito sin pagar ni un centavo de interés. Un buen puntaje de crédito puede ahorrarle dinero en el futuro, y normalmente le permite obtener tasas de interés más bajas en hipotecas o préstamos para automóviles. Las recompensas de las tarjetas de crédito pueden hacer que las cosas que compras sean un poco más baratas.
Las buenas noticias: Los trucos mentales, aplicaciones y herramientas pueden hacer que el gasto con las tarjetas de crédito sea similar al dinero en efectivo, dándote lo mejor de ambos mundos.
Nota editorial: Las evaluaciones de los productos financieros de este artículo han sido determinadas independientemente por Wirecutter, una empresa del New York Times que revisa y recomienda productos, y no han sido revisadas, aprobadas o avaladas de ninguna manera por ningún tercero.
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Hacer que las compras con tarjeta de crédito se sientan táctiles
El dinero en efectivo requiere que compres en una tienda física, agarres tu cartera física y entregues el dinero físico. Darle a un cajero un billete de 20 dólares a cambio de un artículo de 18 dólares es una transacción tangible. A cambio de 20 dólares, ahora te quedan 2 dólares y una baratija física.
Pero una tarjeta de crédito se ve igual antes y después de la transacción, ofuscando lo que en realidad se dio por esa chuchería. Añade las compras en línea a la mezcla, y puede que ni siquiera pienses en tu tarjeta de crédito o en el origen del dinero.
